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Estancia SPEME en Buenos Aires

Camilo Alejandro Rodríguez Flechas



Durante el mes de marzo de 2019, el grupo SPEME de Argentina encabezado por la profesora Alejandra Naftal, Directora Ejecutiva del Museo Sitio de Memoria ESMA y con la presencia de miembros del grupo SPEME de Argentina e Italia, desarrollaron una serie de actividades en torno al tema de las memorias, teniendo como contexto general los eventos perpetrados durante la dictadura militar argentina, donde se llevaron a cabo torturas, desapariciones y asesinatos de manera selectiva por parte de los organismos del Estado.


Entre las actividades que tuvieron lugar, cabe destacar tres donde participaron todos los miembros presentes del proyecto SPEME. Estas actividades se llevaron a cabo en el Museo de la ESMA que durante la época del Régimen era la Escuela de Mecánica de la Armada, pero la cual funcionó como centro clandestino de detención, tortura y exterminio entre 1976 y 1983. Se estima que durante ese periodo pasaron por ese lugar alrededor de 5000 personas actualmente desaparecidas. Actualmente funciona como Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos.


Visita a las instalaciones del Museo

Ex Centro de Detención y Exterminio ESMA – En el interior del predio funciona el Museo de la ESMA.

El día 12 de marzo se realizó una primera visita al Museo de la ESMA, el cual se haya ubicado en la zona norte de la ciudad de Buenos Aires. Con este primer acercamiento se dio inicio oficial a las actividades de la estancia y una presentación de los miembros presentes de cada uno de los grupos.


La actividad central fue un recorrido guiado por todos los lugares públicos del edificio que, dentro del marco de una ‘exhibición permanente’, son utilizados para mostrar el funcionamiento del centro clandestino durante la época de la dictadura, tomando en algunos casos los nombres dados por los militares a esos espacios, como Capucha –lugar de reclusión y tortura de los prisioneros-, Pecera –lugar de reclusión y trabajo forzado de los prisioneros- y Pañol –lugar de almacenamiento de los bienes robados a los detenidos y a sus familias-, y en otros casos, nombres colocados a posteriori como Los Jorges –oficinas de los jefes del Grupo de Tareas de la Armada; varios de ellos tenían Jorge como primer nombre-.


Proyección fílmica que da inicio al recorrido por el Museo.

La muestra del museo está constituida por una proyección fílmica inicial donde se contextualiza la situación de la Argentina desde los años treinta hasta casi la actualidad y una serie de piezas visuales-lingüísticas en las cuales se contextualiza lo sucedido, incluyendo testimonios de las personas detenidas. En determinados sectores se tienen elementos que representan espacios, objetos y acciones correspondientes a lo acaecido en cada espacio.


Aparte de la importancia de las historias narradas por los elementos del museo y por los guías, se destacan las decisiones curatoriales tomadas por la Dirección Ejecutiva del Museo que incluyen el hecho de alterar lo menos posible las instalaciones, ya que toda huella, rastro o marca es el indicio de una historia sucedida; o, evitar hacer apología o una graficación explícita de los eventos traumáticos, para evitar procesos de revictimización. Cabe notar que estas decisiones son fruto de una reflexión colectiva en la que se ha involucrado a miembros de distintos órganos y ámbitos de la sociedad, incluyendo las víctimas.


MUESTRA SER MUJERES EN LA ESMA

Conversatorio don Elizabeth Jelin y Patrizia Violi


Salón Dorado. Lugar donde se reúnan los represores a tomar decisiones. Espacio para el conversatorio con Violi y Jelin. Antes de iniciar se proyectaron imágenes sobre los militares imputados en el caso judicial ESMA y sus respectivas sentencias.

Salón Dorado. Lugar donde se reúnan los represores a tomar decisiones. Espacio para el conversatorio con Violi y Jelin. Antes de iniciar se proyectaron imágenes sobre los militares imputados en el caso judicial ESMA y sus respectivas sentencias.


El día 14 de marzo se inauguró una exhibición temporaria del Museo con apoyo de la Coalición internacional de Sitios de Conciencia, y la curadoría de la investigadora Alejandra Dandán, denominada Ser Mujeres en la ESMA. Esta exhibición no fue simplemente una puesta en escena, sino un ejercicio contrahegemónico en el que se incluyó la perspectiva de género en todos los lugares del museo; normalmente, aunque las voces destacadas eran las de las víctimas, muy pocas veces se trataba de mujeres, y dentro de las acciones representadas no se tenían en cuenta hechos como las prácticas de violencia específica sobre las mujeres.


Además de los cambios en las piezas gráficas existentes para incluir testimonios de mujeres o procurar el uso de un lenguaje no sexista a través de la inclusión de marcadores de género, se inauguró una sala especial en la cual se incluyó piezas gráficas adicionales para mostrar el proceso de condenas a represores por delitos sexuales llevado por la justicia ordinaria –apenas en el 2010 se produjeron las primeras sentencias favorables- y también para mostrar las iniciativas individuales y colectivas por parte de las mujeres secuestradas para cuidarse y sobrevivir.


Esta muestra no solo es una reivindicación de las mujeres víctimas, de sus estrategias de supervivencia y de las dificultades del proceso de Justicia para reconocerlas y juzgarlas, sino también es un ejercicio de actualizar el pasado a través del presente, tomando en cuenta las nuevas sensibilidades del movimiento de mujeres en el dominio público que se lleva a cabo actualmente. Por esta razón, el diálogo que propone la muestra y el museo no es solo sobre lo ocurrido durante la época de represión, sino que busca incentivar en la sociedad actual sentidos como el de la sororidad. Es decir, se pretende que la reflexión sobre el pasado trascienda lo generacional y active en el presente sentidos que permitan la construcción de ejercicios políticos; es por esto que la muestra también cuenta con material fotográfico de coberturas colaborativas realizadas a lo largo del país durante los dos últimos años por colectivos como Pandilla feminista.


La inauguración de la muestra, que contó con la presencia de actores en representación de los diferentes estamentos sociales, entre ellos Ana Testa y Garciela García Moreno, sobrevivientes y testimoniantes en el caso ESMA, culminó con un conversatorio entre dos académicas especialistas en el tema de la memoria: la profesora Elizabeth Jelin –Universidad de Buenos Aires- y Patrizia Violi –profesora de la Universidad de Bologna-. Este evento se llevó a cabo en el Salón Dorado, el cual en tiempos de la represión era un espacio en el que los represores manejaban y tomaban decisiones sobre las distintas operaciones del centro clandestino.


El diálogo efectuado permitió desarrollos conceptuales importantes sobre la muestra y sobre las formas de construcción de la memoria después de hechos traumáticos. La primera intervención de la profesora Patrizia Violi remarcó los conceptos de palimpsesto y de metamuseo en tanto propiedades que se hicieron necesarias para hubiese reflexión sobre el museo como lugar de memoria y su contenido pudiera actualizarse. En ese sentido su intervención inicial puede sintetizarse con el aforismo: ‘La historia siempre es contemporánea’. En su segunda intervención, Violi hizo un planteamiento importante sobre los procesos de violencia, al remarcar que aunque también existieron violaciones a hombres, estos se enmarcaron dentro del fenómeno de feminización de la víctima, por lo que estos deben ser tomados en cuenta en el debate.


Por su parte la profesora Elizabeth Jelin centró sus participaciones en la historicidad de las preguntas de la memoria y como a partir de replanteamientos en la forma en cómo se cuestiona al pasado se pueden derivar nuevas miradas actuales, por ejemplo, la necesidad de no solo poner en el centro a las mujeres en su rol de víctimas durante la represión sino también de sujetos sociales activos como fue el caso de las Madres de Mayo. También la profesora hizo un cuestionamiento a la manera en la que muchas veces se les urge a las víctimas hablar, poniendo de manifiesto una forma de violencia simbólica; Jelin habló en ese sentido de la necesidad de ‘recuperar la vergüenza y la intimidad’.


Finalmente, es necesario indicar que en la dinámica del conversatorio, con la moderación de la profesora Alejandra Naftal, se trataron otros temas como el de ‘la zona gris’ a propósito de la noción teórica de Pierre Levi, a partir del cual se puede pensar que si bien hubo mujeres que contribuyeron a la resistencia dentro del sitio de detención también hubo procesos de normalización de la violencia e incluso de colaboración con los represores en algunos casos, lo que muestra que todo proceso de representación sobre el pasado incluye contradicciones y ambigüedades. También, se permitió la participación del público ya fuera formulando preguntas o a manera de intervención; entre el público se encontraban víctimas sobrevivientes, jueces, abogados querellantes en el caso de la ESMA y personalidades feministas.



WORKSHOP

Jornada de capacitación con Viviana Gravano


Presentación ‘Museo, memoria y arte’ realizada por Viviana Gravano – actividad del workshop

La última reunión colectiva donde participaron los miembros de SPEME, además de miembros del staff del museo, se dio cita el 22 de marzo en la sala ejecutiva. Allí se desarrolló el taller previsto a cargo de la profesora y curadora de arte Viviana Gravano de la Universidad de Bologna. Entre las temáticas generales relevantes se trataron la función de los museos en la transmisión de conocimiento, la concepción actual del museo y el rol de los visitantes en el marco de las exhibiciones.


El workshop se dividió en dos partes, una exposición teórica: ‘Museo, memoria y arte’ y un ejercicio de aplicación para trabajar el concepto de ‘cartografía emocional’. Durante el primer momento se hizo un recorrido teórico alrededor del museo y su papel en la construcción y transmisión de memorias; más que respuestas definitivas el objetivo era plantear preguntas del tipo: ¿es el museo el mejor lugar para construir conocimiento?, ¿en una exhibición es posible narrar a todo tipo de públicos?, ¿el museo en contextos de trauma debe conservar o no conservar?, ¿qué estrategias se pueden implementar para no neutralizar a los visitantes?


Para lograr poner estas preguntas en perspectiva, la profesora Gravano exhibió varios de los proyectos en los que ha participado y donde se han dado soluciones creativas a estos interrogantes: se cita el caso del Museo Laboratorio della Mente, hecho en colaboración con Studio Azzurro, en donde se hace un cuestionamiento y una reflexión desde el presente al hospital psiquiátrico Santa Maria della Pietà que funcionaba en ese mismo espacio. El museo no solo tiene una narrativa documental sobre el asilo, sus condiciones de insanidad y los mecanismos de segregación y exclusión social implementados allí sino que existe una performance que, con asistencia de la tecnología, permite a los visitantes interactuar virtualmente con pacientes y sus historias de vida. La solución creativa en este caso consiste en que no solo es una proyección de imagen, sino que pacientes y visitantes pueden recorrer juntos los espacios del museo y tener espacios de diálogo, incrementando las trayectorias de interacción y la posibilidad de generar sentimientos como la empatía.


En el segundo momento, el taller consistió en salir al edificio del Museo y capturar a través de una foto un espacio del museo que fuese significativo desde una perspectiva subjetiva; el espacio podía capturar una narrativa de la represión o simplemente un lugar que fuera particularmente inquietante desde el presente. Después de regresar con la foto, todos los participantes del taller exhibieron su foto y explicaron el significado de la misma: cada foto era diferente, incluso entre aquellos que eligieron el mismo lugar, cada ángulo, cada plano, cada encuadre elegido daba cuenta de una u otra manera de una narrativa común pero desde una trayectoria diferente.


Entre los lugares más elegidos estuvieron las escaleras por donde entraban y salían los desaparecidos, símbolo del cautiverio y de la muerte según la orientación; y, las ventanas y claraboyas, como únicos vínculos con el exterior y como símbolos de la esperanza, de la posibilidad de liberación. El lugar más inesperado fue un espacio que no ‘existía’ durante la etapa de represión, y donde, en el presente, muchos miembros del museo coinciden ‘casualmente’ y comentan sus experiencias diarias. Esto demuestra que si hace ‘cartografía emocional’ –concepto de Giuliana Bruno- no necesariamente la emocionalidad y las memorias se configuran hacia el pasado sino que también se proyectan hacia el presente y el futuro.



EPÍLOGO: REFLEXIONES ADICIONALES SOBRE LA ESTANCIA



Acto de apertura de la muestra Ser Mujeres en la ESMA con la presencia de víctimas sobrevivientes, el ex fiscal de la causa ESMA, fiscal Sergio Torres y la profesora Patrizia Violi


La estancia, además de integrar de manera personal y profesional a los miembros de los diferentes equipos de SPEME, sirvió para reflexionar sobre el museo como espacio constructor de memoria. Siguiendo la idea de espacio de Michel de Certeau, explicitada, por Gravano, no solo se debe tener en cuenta el contenido de las exhibiciones o la cuestión sobre conservar las instalaciones o no, sino cómo se da la interacción de los visitantes: si simplemente se trabaja de una perspectiva de poder donde el museo transmite saberes o si el ejercicio pedagógico incluye que, por ejemplo, los niños que asistan generen conocimiento desde su experiencia. Trabajar conceptos como la cognición encarnada o los contramonumentos permiten pensar formas creativas en las que las que el museo no trabaje sobre un tema sino trabaje con la gente para no solo rememorar sino también alcanzar objetivos sociales comunes.


La ESMA y la muestra de Ser Mujeres en la ESMA es un ejemplo concreto de esta aplicación de la noción de espacio, ya que no solo se ha tenido la participación de distintos actores para su constitución sino también para su exhibición. Por ejemplo, se hacen diálogos con maestros para integrar la visita al museo como parte de un ejercicio de clase más amplio, de modo que la visita no solamente sea un recorrido guiado sino sea parte de un módulo integral de formación para los jóvenes. También es importante el trabajo que se hace desde el museo por fomentar el aperturismo y que no solo sea visitado un tipo específico de público, sino que se pueda recibir retroalimentación constructiva desde todos los sectores sociales.


En cuanto al trabajo del equipo SPEME en general, cabe resaltar la labor de Alejandra Naftal por proveer los espacios necesarios para la construcción de un debate colectivo -tanto de la muestra como del museo-, en especial, la posibilidad de acceder a toda la información sobre la toma de decisiones ejecutiva y curatorial del museo, lo que permitió entender la lógica y las axiologías detrás de cada Mise-en-scène; y también la labor del equipo de Bologna que aportó un punto de vista distinto y novedoso tanto de la exhibición como en general sobre el tema la construcción de memorias.



GALERÍA FOTOGRÁFICA



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